La frase fue dicha por Christian Sapper, un bonaerense de 30 años, en relación al homicidio de Pablo Galeazzo que se registró en marzo del 2019, en una casa ubicada en la calle Pellegrini al 100. La Fiscalía pidió ocho años de prisión. La defensa del acusado adhirió.
Una noche entre amigos que compartían unas cervezas terminó en un cruento homicidio, en marzo del 2019 en Río Gallegos, luego que un hombre asesinara a otro con la correa de un llavero para luego irse a un pool.
El hecho tiene como protagonistas a Christian Sapper, un hombre de 30 años, oriundo de Mercedes, Buenos Aires y Pablo Galeazzo, un vecino de nuestra ciudad capital. Éste último encontró la muerte en manos del primero en la noche del 16 de marzo del 2019 cuando lo ahorcó en un sillón de la casa.
Sapper vino a Río Gallegos con su familia cuando tenía 12 años. En el último tiempo se había peleado con ellos y dormía en el Albergue de la calle Lisandro de la Torre. Galeazzo era su amigo. Se conocían de compartir alcohol en la plaza San Martín y le ofreció alojamiento en su casa ubicada en la calle Pellegrini al 100 sin saber que eso derivaría en su propia muerte.
El bonaerense está detenido desde el día del asesinato y en horas de la mañana del jueves se hizo el juicio por su caso caratulado como “homicidio simple”. Se esperaba que fuera presencial pero él se encuentra aislado por unos casos positivos que se registraron en la Comisaría Segunda de Puerto San Julián, dependencia en la que está alojado.
Mediante videoconferencia desde la ciudad portuaria, Sapper hizo una declaración lisa y llana ante el tribunal encabezado por Joaquín Cabral, que estuvo junto a Enrique Arenillas y Eduardo López como subrogantes. Además estuvo Emin Charif Sat como abogado del acusado e Iván Saldivia y Analía Molina como representantes de la Fiscalía de Cámara.
El día del hecho, el cuerpo de Galeazzo fue encontrado por un inquilino que alquilaba una casa precaria en el mismo terreno. Aseguró haber visto al hombre vivo cerca de las diez de la noche y, a las once y media de la noche, muerto. Incluso, tras llamar a la Policía señaló a Sapper como posible autor. Él llegó momentos después y fue detenido.
Este jueves, Sapper contó detalles que se desconocían hasta el momento. Lo que pasó en la tarde, el móvil del asesinato y lo que ocurrió después.
“Esa tarde, estuvimos tomando cervezas y fumando marihuana en la plaza San Martín. A la noche nos fuimos Galeazzo y yo a su casa, a seguir tomando. En un momento discutimos. El me dijo que me hija de dos años, cuando crezca, iba a ser una tremenda p…, y cuando me di cuenta, lo maté”, aseguró Sapper en un momento de su declaración.
“Él estaba en un sillón, cuando me dijo eso, lo empujé para que no se levante, agarré un llavero y lo ahorqué. Después me fui al pool”, dijo el hombre sin que se le moviera un pelo sobre lo que hizo luego de asesinar a su amigo yendose a un bar ubicado en la esquina de Kirchner y España de nuestra ciudad capital.
Sapper contó que se encontraba bajo los efectos del alcohol, al igual que Galeazzo. Incluso aseguró ser adicto desde hace doce años y que intentó hacer tratamientos.
Para la Fiscalía, la declaración fue lisa y llana. Entendió el contexto socioeconómico y la adicción del acusado, por lo que pidió ocho años de prisión efectiva y que empiece un tratamiento. La defensa adhirió. El próximo jueves se dará a conocer la sentencia.