El intendente de Río Gallegos fue llamado por las profesionales de la salud cuando salía de Casa de Gobierno, pero el encuentro no fue bueno y cuando le pidieron que interceda en el conflicto, dio media vuelta y se marchó.
La política es la política y allí las cosas no se mezclan. Seguramente por eso el casual encuentro entre las enfermeras y el intendente Grasso no haya terminado bien en la mañana de hoy, justo luego que Grasso saliera de Casa de Gobierno, donde los profesionales quieren ingresar hace más de dos semanas a hablar con al gobernadora y no tienen la misma suerte.
En ese contexto, un grupo de enfermeras que se encontraba en el acampe convocó al intendente Grasso, que se marchaba, seguramente al municipio o sus alrededores.
En ese momento, Grasso se acercó al acampe, en el cual las profesionales de la salud le reclamaron por haberles enviado ayer a trabajadoras de Niñez para notificarlas de la presencia o no de menores en el lugar.
Luego le pidieron que interceda en el conflicto en su carácter de intendente de la ciudad y dada la excelente relación que parece mantener por estos días con Alicia Kirchner.
“Usted tiene que intervenir, porque usted también es un ciudadano y usted estuvo internado en el hospital”, le indicaron las enfermeras.
Sin embargo, allí terminó la charla, con una respuesta que no fue la esperada y por la cual los profesionales de la salud confirmaron que no pueden esperar nada de él.
Así fue como el intendente dio media vuelta y se marchó con un “chau chicas, que les vaya bien”. Una pena.